En el corazón de Afganistán, donde las historias suelen quedar sepultadas bajo el peso de la historia y el silencio, hay quienes eligen mantener los ojos abiertos: para ser testigos, para escuchar, para traducir. Trabajar como coordinador en producciones cinematográficas en medio de la presencia talibán no es simplemente un trabajo; es un acto de valentía, de construcción de puentes entre mundos que rara vez se encuentran.
A través de cada fotograma capturado y de cada palabra traducida, ayudaste a transformar el miedo en comprensión y el caos en narrativa. Estuviste allí donde contar historias se convirtió en un acto de resistencia — donde las cámaras se transformaron en escudos contra el olvido.
Tu recorrido demuestra que el cine es más que arte; es empatía en movimiento. Es la creencia de que, incluso en los lugares más frágiles, hay voces que merecen ser escuchadas y rostros que merecen ser recordados. Lo que llevas de esos momentos —la fuerza, la humildad, la verdad— no es solo parte de tu pasado, sino la base de todo lo que crearás a partir de ahora.
Sigue contando historias. El mundo necesita tu visión — porque tú ya has visto lo que la mayoría solo puede imaginar.
SALVADOS
CHILEVISIÓN